En 1970, tras un accidente ecuestre, una estudiante de postgrado en neurociencias, Candace Pert, yacía en el hospital recibiendo inyecciones frecuentes de morfina, calmante que se obtiene de la amapola. La experiencia despertó en ella la curiosidad de saber como funciona la morfina. Años más tarde, ella y Salomon Snyder, conmocionaron a los círculos científicos al demostrar que la morfina ejerce su acción uniéndose a receptores especializados del cerebro.
El descubrimiento planteó una pregunta desconcertante ¿Porqué el cerebro esta provisto de receptores de la morfina, potente opiáceo que no se encuentra en el organismo de forma natural?
A Pert y a otros investigadores se les ocurrió la idea de que el sistema nervioso debe tener sus propias sustancias endógenas , las llamaron endorfinas y empezaron con su búsqueda.
El descubrimiento de la endorfina en 1975 fue la culminación de una búsqueda intencionada. Ciertamente la endorfina está relacionada con la génesis de otras emociones; sin embargo, las evidencias señalan que su principal función concierne a la modulación del dolor. En el plano emocional, también muy importante, provoca la generacion de sensaciones de placer, de alegría, de bienestar y hasta de euforia.
domingo, 28 de marzo de 2010
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